El cuerpo necesita vitaminas para funcionar correctamente y la mejor forma de lograrlo es llevando una alimentación balanceada. Acá la estrella es la Vitamina C y como fuente tenemos el LIMÓN, que lo podemos incorporar en las comidas como aderezo –así evitamos que se oxiden los nutrientes– sino también lo podemos encontrar en cantidades importantes en los frutos rojos, kiwi, ananá y tomate, entre otros.

• El Zinc es un mineral que ayuda a desarrollar las células del sistema inmunitario; lo encontramos en los pescados, mariscos, lácteos, huevos, pollo, semillas y las leguminosas.
  La vitamina D ayuda en los procesos inflamatorios, por eso es tan importante. La obtenemos de los pescados de aguas profundas, salmón, atún, yema de huevo y leche, teniendo en cuenta que el sol ayuda a la absorción de la vitamina.
• El consumo de frutos secos nos asegura el consumo de Vitamina E selenio, que estimula la producción de los antioxidantes favorecen su absorción.
• Consumir Hierro, que lo encontramos en general en las carnes, huevo y legumbres, y que es vital para que el sistema inmunológico tenga una respuesta oportuna ante enfermedades como la anemia, que debilita las defensas y aumenta el riesgo de virus o infecciones.
• Consumir unos 6 a 8 vasos de agua al día; de esa forma nos aseguramos eliminar todas las toxinas del cuerpo.
• Realizar ejercicio en forma diario por lo menos unos 15 minutos, sentarse y realizar una respiración profunda, inflando el estómago como una pelota y después sacar todo el aire lentamente.
• Activar la circulación: esto lo logramos con la ducha, alternando el agua caliente con el agua fría, de esta forma estimulamos la formación de glóbulos blancos.
• Estar activo; no es necesario ir al gimnasio sino lo importante es no estar sedentarios; caminar sirve, por que estimula la adrenalina que aumenta las defensas.
• Aprovechar la luz natural para no interrumpir el proceso fisiológico que se da en la noche, así se recupera la energía y se aumentan las defensas.

Gianella Pedemonte
Lic. en Nutrición